Reflexión profunda sobre el tiempo: tu compañero silencioso, constante e implacable. Descubre por qué el tiempo nunca será tu amigo y cómo su partida
Te acompaña desde el primer aliento,
te observa en silencio, sin juicios ni pausas.
Es constante, incansable, inevitable.
Pero no te confundas:
aunque camina a tu lado,
el Tiempo jamás ha sido tu amigo.
Un día, sin aviso ni despedida,
seguirá su rumbo, como siempre lo ha hecho…
Dejándote solo con lo que fuiste,
con lo que hiciste,
y con lo que decidiste no hacer.
Porque el Tiempo no espera,
no perdona,
y no vuelve.
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